18 octubre 2006

MIGUEL LUNDIN PEREDO

Aprender a escribir lo que se quiere leer


------- Entrevista realizada por Beto Cáceres ------------


Miguel Lundin Peredo es un escritor boliviano que reside en Suecia. Su producción artística es amplia y variada, sus libros se han editado en Bolivia y también en Europa. El blog que mantiene es uno de los ejemplos de cómo amar Bolivia y su literatura, incluso estando en tierras boreales. Cuando lo conocí quedé un poco sorprendido por su producción y por el intenso trabajo que realiza todos los días. Entonces, aquí les presento a Lundin.

Portada de su último libro


POR LOS CAMINOS DE THOR
Llegué a Suecia el año 2002, tarde o temprano tenía que caminar por calles nórdicas. Mi madre está casada con un ciudadano sueco y el viaje de inmigración era totalmente inevitable. Al principio no quería abandonar mis raíces bolivianas, estaba conciente que desligarme del territorio boliviano sería algo fácil en el lado físico pero por el lado espiritual todavía mantenía y tengo todavía muchos lazos con mi país que el tiempo no ha podido cortar .Recuerdo Santa Cruz de la Sierra como un lugar donde nací por circunstancias que no decidí y donde viví mis primeros encuentros con el mundo real, no el mundo que veía en las historias infantiles, el mundo que se podía palpar a la vuelta de cada esquina. Un mundo que nunca olvido. El mayor recuerdo que tengo de mi ciudad natal es simplemente su capacidad para adoptar a personas de otras culturas distintas.

En Suecia los bolivianos viven en comunidades dispersas en toda su geografia.La labor de los bolivianos por la cultura es bastante respetada aquí. Muchos bolivianos viven lamentablemente de una forma ilegal y eso no puede facilitar que gozen de todos los privilegios del modelo de bienestar socioeconomico sueco. A pesar de ello, admiro a los bolivianos que han tenido que aprender sueco sin haber ido a una escuela estatal para inmigrantes.


VENENO EN EL CANTO DE LUNDIN

Inicié mi trabajo con el blog cuando descubrí que se necesitaba una página que se encargara de difundir la literatura boliviana al mundo. Así podría promocionar a las nuevas voces narrativas con las viejas voces ya conocidas por el mercado editorial nacional. La necesidad de crear el blog, titulado “Veneno Lundico”, surge entonces de un intento muy conciente de no dejar que nuestra narrativa permanezca destinada a un aparente olvido mundial.

Escritores como Edmundo Paz Soldán han logrado internacionalizar la narrativa boliviana y eso es bueno. Yo sólo intento que se promuevan aquellos escritores que recién han comenzado a escribir o aquellos autores que no han tenido mucho protagonismo en las temáticas de análisis literario de la crítica especializada. Existen pocos blogs en Bolivia dedicados exclusivamente a la narrativa boliviana y el mío fue el primero de ellos. Sólo espero que los que lean mi blog se sientan motivados a crear otros blogs literarios made in Bolivia para que la fiebre por nuestros libros nacionales no termine con la vacuna de la indiferencia.


CONVERSACIONES LUNDICAS

He visto una lista innumerable de autores que consideras tus influencias. ¿Qué estás leyendo ahora?
Actualmente estoy releyendo cuentos de Paz Soldán. He leído la nueva novela de Vargas Llosa y me encantó el modo que intenta describir lo que una persona siente cuando está perdidamente enamorada y ese amor dura hasta la muerte como una sana obsesión digna de imitar por las demás criaturas. También estoy leyendo Abril Rojo de Santiago Roncagliolo y una antología de dos cuentos inéditos en español de Stephen King.

En "Diez poemas escorpianos para Blanca Elena Paz", ¿de qué manera rindes tu homenaje a Blanca Elena Paz?
Blanca Elena Paz representa para mí el despertar de la narrativa cuando en mi infancia buscaba algo que me permitiera conocer el mundo un poco más sin necesidad de viajar mucho. El homenaje que le doy en ese libro de poemas es una muestra de gratitud por haber escrito un cuento que me emocionó mucho la primera vez que lo leí en el desaparecido suplemento literario del periódico El Deber llamado Cobertura Cultural. Creo que el mejor homenaje que le puedo dar es simplemente nombrarla como una de las escritoras que sorprendió mis neuronas en cierta etapa ingenua de mi vida.



Tu libro de obras teatrales, Teatronomicon, me recuerda al libro Necronomicon, ¿tiene algo que ver?
Teatronomicon no está temáticamente conectado con esa obra maestra del terror escrita por Lovecraft, pero sí intencionalmente es como una especie de homenaje indirecto a un título tan fascinante como ese.


¿Quién es Guy Fawkes para ti?
Guy Fawkes para mi es el terrorista católico que fue descubierto justo en el momento en el que intentaba colocar polvora para hacer volar en pedazos el parlamento de Inglaterra. Cada cinco de noviembre en Londres se celebra una fiesta antigua llamada Bonfire night donde los ingleses queman muñecos de este personaje histórico en pequeñas hogueras para recordar ese atentado fallido. Conocí la historia de Fawkes a finales de los años 90 y desde entonces me interesó mucho su vida trágica y creo que eso fue lo que me motivó a escribir dos breves colecciones de cuentos dedicadas a él.

¿Por qué tu obsesión por la V?
Hay obsesiones que a veces uno quiere mantener en secreto. Guardarlas en el anonimato para que nadie las conozca hasta que sea el momento preciso. Mi obsesión por la V nace de la palabra valor. Hay que tener valor para ser un escritor boliviano hoy en este nuevo milenio y digo esto porque un escritor boliviano de apariencia joven en su anatomía debe siempre de luchar contra sus propias limitaciones para lograr encontrar su yo interno en sus escritos.


Hablando de V, Victor Hugo Viscarra sin lugar a dudas ha marcado como un autor maldito en la literatura boliviana. ¿Tú crees que sean por motivos extraliterarios?
Lo que sucedió con Víctor Hugo Viscarra es que al principio nadie quiso comprender que su existencia era algo que las letras bolivianas necesitaban desde la muerte de Jaime Saenz. Hay muchos escritores que escriben sobre el bajomundo a través de una mirada mas bien de boy scout novato y cuando aparece alguien que ha vivido la pobreza y sabe que muchas veces el alcohol, como un detalle ineludible de escasez económica, puede reemplazar a un pedazo de pan, quiere narrar el mundo marginal a partir de la propia realidad que ignoramos.

Lo atacan diciendo que lo que hace no merece ser llamado literatura o simplemente que sus libros no merecen ser leidos. Victor Hugo Viscarra es un autor maldito precisamente por lo que dices en tu pregunta, por motivos que nada tienen que ver con el oficio de escribir. En fin la vida es así y sólo hay que estar contentos porque la literatura paceña ha sido renovada por un hombre que nadie comprendió cuando estuvo respirando y que ahora todos quieren comprender después de que saben que está a varios metros bajo tierra.


Tal vez nos podrías dar algunas frases de tu "Consejos para un escritor de micronovelas a escritores de novelas de 800 páginas".
Sólo resumiré la obra en una frase: “De qué sirven 800 páginas cuando se ha perdido el encanto inicial de las primeras 35 páginas de una historia que podria ser una joya maestra de la narrativa breve”.


En todos esos relatos tuyos he visto una suerte de frescura en las temáticas, parecen no agotarse los temas en ti. ¿Qué es importante para ti, la temática o el concepto de la forma de tus relatos?
Para mí es importante la temática de mis historias porque sin eso no se pueden crear conceptos que impacten al lector, que te de la alegría, muchas veces negada, de leer lo que escribes.


En alguna parte dices que lo que te distingue es tu extravagancia narrativa. ¿Cómo entiendes extravagancia?
Entiendo como extravangancia toda aquella acción cultural o literaria que sea completamente surrealista e ilógica en un primera lectura o mirada. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Francesa, el término “extravagancia” se usa para definir los comportamientos errados o bizarros de una persona.


La pregunta obvia: ¿Cómo consideras el escenario boliviano contemporáneo?
El escenario literario de la Bolivia actual es bastante prometedor. Tenemos una espiral de suerte que comenzó el año 1997 con el premio de cuento Juan Rulfo ganado por Paz Soldán con la obra “Dochera”. Después ingresan en escena escritores más recomendables como Rodrigo Hasbún, Juan Pablo Piñeiro, Jessica Freudenthal en poesía.

También me parece muy bueno que los jovenes escritores que nunca han publicado una obra suya puedan acceder a el mercado editorial mediante inicitivas soprendentes como la de la joven editorial Yerba Mala Cartonera que está comenzando a demostrar que la narrativa boliviana comtemporanea es mucho mas de lo que hasta ahora se conoce.

Lo único que se debe hacer para mantener la calidad de las obras en un mercado literario tan diverso como el nuestro es olvidar las diferencias y empezar a caminar por los senderos de la palabra con el compañerismo que todos necesitamos en este mundo que compartimos con otros, que también quieren escribir y necesitan un apoyo moral.

¿Cuáles serían los autores bolivianos de culto para ti?
Para mí los autores bolivianos de culto son los siguientes: Nataniel Aguirre, Óscar Cerruto, Victor Hugo Viscarra, Jaime Saenz, Adela Zamudio, Yolanda Bedregal, Franz Tamayo, Juan de Recacoechea, Julio de la Vega, Paz Soldán, Juan Claudio Lechin, Raúl Otero Reiche, Tristán Marof, Maximiliano Pacheco, Arturo Borda, Homero Carvalho Oliva, Medinacelli, Alcides Arguedas, Víctor Montoya, Hugo Villanueva Rada e Isabel Mesa de Inchauste.

¿Qué significa escribir para ti? ¿Por qué escribir?
Escribir para mí es simplemente demostrar al mundo que la buena literatura boliviana esta escrita por los buenos escritores bolivianos que nunca se rinden. Escribo porque es una necesidad biológica similar a la de comer, para la literatura es un alimento que nunca me aburre y siempre me alimento de ello, como si fuera la primera vez que mi cuerpo prueba su sabor.

Tú que conoces, irónicamente, más el mercado editorial de Bolivia, ¿qué percepciones tienes para el futuro?
Presiento que esto es sólo el comienzo de un protagonismo que ya merecíamos en las letras mundiales. En el futuro los bolivianos escribirán más sobre el arte de ser boliviano, porque para saber lo que se siente vivir en el centro de Sudamérica, primero se debe nacer en una clínica o un hospital boliviano, porque aunque escritores extranjeros escriban sobre nuestras dolencias milenarias sólo nosotros los bolivianos sabemos qué se siente ser un escritor en la adversidad.

El mercado editorial de Bolivia está creciendo lentamente y creo que en el futuro nuestros libros comenzarán a ser buscados en las bibliotecas mundiales. Es un sueño, lo sé. No olvidemos que fue el sueño de una vida mejor lo que creo a la humanidad moderna.

Para esos jóvenes que todavía tienen el síndrome de Fernando Drucot, que no se atreven a escribir, ¿qué les dirías?

Les diría simplemente que el paso para aceptar su destino de narrador es simplemente sencillo, sólo se debe dejar que los dedos realizen su labor sobre el papel y que nada está perdido si nada haz escrito; y aunque estuviera perdido, siempre se encuentran objetos valiosos en lo que otros no quieren tener, es decir, que la literatura es un juego de dos personas que se dedican a interpretar sus roles protagónicos con intensidad. Es un juego entre el lector y el escritor, y para saber lo que se siente, se debe aprender a escribir lo que se quiere leer.


PARA HACER UN ESTANTE MEJOR


¿Qué libro comprarías para regalarlo?
Por razones personales compraría la Biblia para regalarla a quien quiera que se la regale.

¿Qué libro estás leyendo?
Abril Rojo de Santiago Roncagliolo.

¿Cuál es el libro que te gustaría leer?
Los cuartos de Saenz

¿Qué libro le darías a Evo Morales?
Raza de bronce de Alcides Arguedas

¿Qué libro le darías a George Busch?
Crónica de una muerte anunciada de Garcia Márquez

¿Qué libros no escogerías para irte a una isla?
Los cuentos de terror de Stepehen King y Lovecraft. Seria imposible evitar tener miedo en esas circustancias.

¿Qué libro lo releerías mil veces?
El Quijote.

¿Cuál es el libro que te marcó en tu vida y por qué?
La niña de sus ojos que me ayudó a comprender más a la comunidad indigena de mi país y a pensar que el amor no conoce de clases sociales o estatus económico.

BIBLIOGRAFÍA

Querido Maradona no olvides que Dios es futbolista
Los caballos de carrera, Señor Lundin, necesitan ser queridos
Diez poemas escorpianos para Blanca Elena Paz
El fantasma de Tropicalopolis
Dime con quién usar el doggie style
La inquieta anatomía de las erecciones
El día que murió García Marquez
V por vagina
V de vengador
La máscara con el rostro de Evo
El boliviano que amaba Alexis Amore
El avión de Bin Laden
Teatronomicon
Técnicas de intimidación de un admirador de Guy Fawkes
La telaraña de Chaplin
La braga de Shakira


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